El país americano exigió en la negociación la triple transformación en la normativa de origen para permitir la entrada de artículos textiles libres de cargas arancelarias y la Unión Europea, una versión actualizada de la doble transformación.
México protege su textil frente la Unión Europea. El sector volvió a ser uno de los pilares en las negociaciones del tratado de libre comercio entre el país azteca y la región europea junto al agrario o la automoción. El textil europeo considera que se ha dejado escapar una oportunidad para avanzar en la normativa de origen, que todo parece indicar que quedará en tablas ante la presión del Gobierno mexicano por defender su industria local
A finales de abril finalizaron las negociaciones entre México y la Unión Europea para actualizar su tratado de libre comercio con la aprobación de más instrumentos para fomentar el intercambio comercial y de inversión. Veinte años después de firmar el primero, ambos territorios se sentaron de nuevo para ampliarlo, con nuevas áreas políticas y de cooperación. No obstante, para que entre en vigor el nuevo tratado debe primero recibir el visto bueno de los legislativos de ambos lados del Atlántico.
Las normativas de origen volvieron a ser uno de los escollos en el avance de este último acuerdo. En el caso de la industria textil y de la confección, la propuesta de la Unión Europa pasaba por actualizar la doble transformación, es decir, haber ejecutado en el país de origen (en este caso, el conjunto de la Unión o de México) al menos dos de los procesos industriales sustanciales (hilatura, tejeduría o confección).
Ante la evolución de la propia industria, el textil europeo proponía ampliar el concepto a otros procesos, de la misma manera que lo ha estipulado en otros acuerdos como el de Japón o el de Canadá, por ejemplo. Sin embargo, la postura de México era diametralmente opuesta. El país defendía la triple transformación (conocida como yarn forward, del hilo en adelante) para que las importaciones quedasen exentas de aranceles.
En la actualidad, los beneficios arancelarios en los intercambios comerciales de artículos textiles entre ambos países se rige por la doble transformación y todo parece indicar que, al final, se mantendrá igual, según han explicado a Modaes.es fuentes cercanas a la negociación. México es uno de los principales polos industriales del sector en Latinoamérica y, en la actualidad, se encuentra defendiéndolo también en el tratado con Canadá y Estados Unidos, y en el Mercosur.
Los intercambios comerciales en la industria de la moda entre ambos territorios han ido al alza en la última década. Las exportaciones españolas de moda (artículos textiles, prendas, joyería, perfumería o calzado, entre otras) a México alcanzaron en 2017 los 589,6 millones de euros, un 55% más que en 2008. En la actualidad, México ocupa el puesto número once entre los principales países de destino del sector español.
México, por su parte, exportó en 2017 artículos de moda a España por valor de 33,1 millones de euros. En la última década, las compras del sector al mercado mexicano han crecido un 11,5%. En la actualidad, el país azteca ocupa la posición número 41 entre los principales proveedores de España, por detrás de Nigeria e Israel, según datos del Icex.
Entre el conjunto de la Unión Europea y México, las exportaciones europeas de artículos textiles y de moda al país azteca ascendieron en 2017 a 1.655,7 millones de euros, un 63,4% más que diez años atrás. México ocupa en la actualidad el puesto número 39 entre los principales mercados de destino del sector europeo.
En sentido contrario, México ha duplicado entre 2008 y 2017 sus ventas a la Unión Europea de artículos textiles y moda, pero aun así, la balanza continúa siendo favorable al territorio europeo. En el último año, los países de la Unión Europea compraron al sector mexicano por valor de 329,2 millones de euros. México se encuentra a la cola entre los proveedores europeos de textil, prendas, calzado y otros accesorios, situado en la posición 61, entre Madagascar y Estonia.
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