Firmas del sector como Alba Conde y Adolfo Domínguez estrechan contactos con Alibaba y JD para vender en sus plataformas
El gigante chino del comercio electrónico Alibaba abrió su primera tienda sin dependientes en Hangzhou hace un año. Los clientes pueden entrar una vez obtenido un código QR y haber pasado por un sistema de reconocimiento facial. A partir de ese momento, pueden comprar tanto los productos que se encuentran en la tienda física como a través de pantallas interactivas situadas en cada mesa. Pagan automáticamente una vez pasado el sensor que se encuentra en la puerta de salida.
«No hay cajeros ni hay colas. Pagar con el móvil es ya de cavernícolas», bromea José Antonio Conde, presidente de la patronal gallega del textil (Cointega) y dueño de la firma de modaAlba Conde. Su empresa, junto con Adolfo Domínguez, Grupo Tendam (nuevo nombre del Grupo Cortefiel), Callaghan, Venca o Pikolinos es una de las dieciocho que están en China esta semanabuscando inspiración tecnológica y estrategias de acercamiento a este mercado. «La experiencia está resultando asombrosa», asegura Pablo Conde, hijo del empresario y sucesor en el negocio. Relatan cómo la tecnología se está extendiendo a todo el comercio. Un ejemplo: «En los supermercados de la cadena 7Fresh, propiedad del grupo de comercio electrónicoJD.com, una máquina situada en la sección de frutas y verduras, a través de sistemas de reconocimiento facial y detección de constantes vitales, recomienda al cliente el tipo de producto más adecuado para él en función de sus necesidades dietéticas», cuenta el empresario.
Con los gigantes
«Es parte del nuevo retail en China, que ahora está en pleno bum, en el que tenemos que empezar a vernos», asegura Conde. «Los principales grupos de e-commerce, como por ejemplo Alibaba o JD, están sacando sus propias cadenas de distribución a pie de calle, en las que se integran todos estos conceptos», explica.
Los contactos con Alibaba y JD como plataforma de distribución de las firmas gallegas han surgido en este viaje, e irán madurando. Además de visitar estos supermercados, los gallegos conocieron la sede de Xiaomi, que recientemente ha desembarcado en España, y recorrieron también la calle bautizada como InnoWay, al noroeste de Pekín, en la que 46 aceleradoras tecnológicas incuban empresas de nueva creación desde el 2014.
Según explicó la delegación gallega en China, el objetivo de este proyecto es ayudar a las compañías extranjeras a instalarse en China, desde la fase inicial (solicitud de visados y registro de la compañía) hasta la búsqueda de socios locales o el diseño de un plan de negocio adaptado al mercado doméstico. «Cualquier empresa que llega a China, aunque sea reconocida y potente en su mercado de origen, casi es una start-up aquí, porque no la conocen», aseguran.
Aunque no es este el caso de Inditex. El grupo gallego, que cuenta ya con casi 600 tiendas en China y seis plataformas de e-commerce, da nuevos pasos en el país con el lanzamiento de una web propia para Zara Home. Además, la compañía ultima la apertura de la primera tienda de Uterqüe en el país.
También Adolfo Domínguez está presente, con cuatro puntos de venta propios en China: Dongguan, Wuhan, Changsha y Shanghái.
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