El BCE subraya que la eurozona se enfrenta a una desaceleración, no a una recesión, y que el consumo continuará siendo robusto. Las ventas de moda, en cambio, han cerrado en rojo en todos los grandes mercados.
Europa, ante la desaceleración. Aunque descartan un escenario de recesión y coinciden en que el consumo continuará siendo robusto, las principales agencias de rating y organismos como el Banco Central Europeo (BCE) apuntan a una ralentización de la economía de la zona euro este año. En este escenario, la moda se prepara para otro año complejo, después de cerrar 2018 en rojo en casi todos los grandes mercados europeos, y con el añadido de un contexto político (con el Brexit y las elecciones) incierto.
El Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro creció un 0,2% en el tercer trimestre en términos intertrimestrales, frente al alza del 0,4% de los dos periodos anteriores. Con todo, el Banco Central Europeo subraya que “los factores fundamentales que apoyan la expansión económica continúan en su lugar”.
A medio plazo, se prevé que el consumo privado continúe siendo robusto, gracias principalmente al aumento en los salarios. Esto se debe, matiza el BCE, al incremento de la compensación por empleado, y no tanto al crecimiento del empleo.
La agencia de calificación Standard&Poors (S&P) espera un crecimiento del 1,6% para la eurozona en 2019 y 2020, desde el 1,9% de 2018. Fitch y Moody’s contemplan un escenario similar, mientras que el BCE prevé un incremento del 1,7% en 2019 y 2020.
Para el comercio y el retail en su conjunto, esta ralentización supone un nuevo palo en las ruedas después de un año en rojo. En España, por ejemplo, el comercio de moda se encogió un 2,2% en 2018, su peor ejercicio desde 2016.
Ni el ligero repunte en octubre y noviembre (aupado por el Black Friday) lograron salvar las ventas, que retrocedieron un 3% en diciembre, según datos provisionales de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) recogidos por el Indicador del Comercio de Moda.
De cara a 2019 y 2020, la desaceleración económica podría añadir todavía más presión sobre las ventas de moda, aunque España se mantendrá como la economía europea que más crece porque continúa en una fase de ajuste tras la crisis. Según S&P, la economía española crecerá un 2,3% en 2019 y un 2,1% en 2020, frente al alza del 2,6% estimada para 2018.
Reino Unido, presionado por el ‘Brexit’
En Reino Unido, los retailers han sufrido su peor navidad en una década, según los últimos datos del British Retail Consortium. Las ventas en diciembre se estancaron, y sólo la alimentación logró esquivar la caída.
Las ventas de moda, por su parte, de las que sólo hay datos disponibles hasta octubre, únicamente cerraron al alza cuatro meses del año: mayo, julio, septiembre y octubre. En los dos últimos casos, el repunte apenas superó el 0,5%.
El sector en el país se enfrenta ahora a un año desafiante, con la fecha del Brexit, el 29 de marzo, marcada en rojo en el calendario. Theresa May someterá esta semana su acuerdo de mínimos con Bruselas a votación en el Parlamento británico, donde cuenta con pocos apoyos.
La semana pasada, el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, permitió una enmienda que obliga al gobierno a regresar al Parlamento en los tres días posteriores a la votación para explicar su plan B, en el caso de que el A fracasara.
Cada vez son más las agencias de rating que contemplan la posibilidad de un Brexit sin acuerdo. S&P, por ejemplo, anticipa “severas consecuencias” para Reino Unido, con un impacto negativo de más de 1,8 puntos en su PIB.
Francia, comercio en jaque por los chalecos amarillos
En Francia, el comercio se enfrenta también a sus propios desafíos nacionales. Aunque el PIB mantendrá una tasa estable de crecimiento, con una subida del 1,6%, en línea con el de 2018, las protestas de los llamados chalecos amarillos están impactando en el comercio del país.
Según la Confederación de Comerciantes de Francia, el pequeño comercio ha visto reducida su cifra de negocio entre un 40% y un 70% por el impacto de las manifestaciones, que han obligado a muchas tiendas a permanecer cerradas y han reducido el tráfico en las principales avenidas comerciales.
Grupos como Richemont, que presentó el viernes sus resultados trimestrales, alertaron de que este movimiento ha restado dinamismo a su facturación en el mercado francés, aunque sin puntualizar el alcance.
Según las previsiones del Instituto Francés de la Moda, el comercio de moda culminará 2018 con un descenso del 2,9%, la peor de la última década. “La cída de las ventas no se puede compensar completamente en los próximos meses”, apuntó la patronal Alliance du Commerce. “La crisis de los chalecos amarillos afecta a un sector económico que ya acumula varios años frágiles”, añadió.
La tónica negativa, de hecho, venía repitiéndose ya desde 2017, cuando las ventas de moda llegaron a desplomarse un 13,4% en octubre. En 2018, las caídas fueron generalizadas, llegando a situarse en el 15% en agosto.
Alemania, la potencia europea esquiva la caída
En Alemania, la primera potencia europea, la economía dio un pequeño susto en el tercer trimestre de 2018, cuando el PIB retrocedió ligeramente lastrado por la desaceleración del comercio global. Sin embargo, las previsiones para el país continúan siendo estables, con un alza estimada del 1,6% para 2019, en línea con el año pasado.
Las ventas minoristas se han mantenido al alza durante casi todo el año, salvo en mayo y septiembre, y en octubre se dispararon un 5%, su mejor avance desde mayo de 2017, según datos de la Oficina Federal de Estadística. Sin embargo, en términos intermensuales la facturación del retail encadena cuatro meses consecutivos en descenso.
La moda, por su parte, evolucionó mejor que la media, cerrando casi todos los meses en positivo y llegando a dispararse un 10,6% en abril. Durante el verano, la facturación se mantuvo estable, para retroceder en septiembre y volver a repuntar en la recta final, a falta de los datos de final de año.
Italia, estancada en el rojo
Entre las mayores potencias de Europa, quien se lleva las peores estimaciones de S&P es Italia. El país, que llegó a un punto de elevada tensión con Bruselas por culpa de los objetivos de déficit, cero el tercer trimestre de 2018 en plano y se prevé que culmine el año con una subida de apenas el 1%. Para 2019, la previsión pasa por que la economía italiana avance un moderado 0,7%.
Las ventas de moda dibujado una curva negativa durante todo el ejercicio, llegando a dejarse un 6,3% en septiembre. La evolución contrasta con la del conjunto del comercio minorista, que sólo encogió su facturación cuatro meses del año.
De cara a este ejercicio, la inestabilidad política, con un Gobierno de extremos, la ralentización económica y la caída de la confianza de los consumidores (que cerró en mínimos del año), estrechan todavía más las posibilidades de recuperación de las ventas del sector.
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