A los desafíos del 'Brexit' y la hiperinflación argentina, los principales sectores suman la amenaza de la recesión alemana, la guerra comercial de Washington y Pekín o el reparto de cuotas en Namibia
La economía gallega es netamente exportadora y los principales sectores de la comunidad están acostumbrados a capear las dificultades. Como aventuraban en el arranque del año, la inestabilidad política, el 'Brexit' o la guerra comercial entre Estados Unidos y China han hecho mella en los niveles de actividad y consumo. Pero a estos campos de batalla se han sumado otros nuevos, como la enésima crisis de Argentina, la interinidad en el Gobierno de España o la amenaza real de recesión que se cierne sobre Alemania. De la resiliencia de las empresas gallegas del sector textil, la automoción, la pesca o el metal dependerá la nota de la economía autonómica a cierre de 2019
En economía, como en la vida, no hay camino sin sobresaltos. El que arrancó en enero ya asomaba sus pretensiones sin disimulo, aún habiéndose guardado como sorpresa la llegada del lenguaraz Boris Johnson al número 10 de Downing Street. Automoción, naval, conserva, pesca, madera, construcción o textil estaban prevenidos y contaban con un ejercicio "marcado por el Brexit, el proteccionismo de mercados como Estados Unidos, la desaceleración económica en la Eurozona y la inestabilidad política". Pleno de aciertos; como sirve el comodín „la última recesión dejó bien claro que el arte de las profecías falla„, ha habido que sumar otras piedras. A saber, la nueva amenaza de quiebra que se cierne sobre Argentina, la ahora previsible entrada en recesión de Alemania, la falta de Gobierno en España, la ralentización del crecimiento de China o el incierto reparto de cuotas de pesca en Namibia. Solo en el mercado exterior la economía gallega facturó en 2018 más de 22.100 millones de euros, equivalente a más del 35% del Producto Interior Bruto (PIB). Este año no se alcanzará esa cota; en los primeros seis meses las exportaciones cayeron un 10% (menos 1.170 millones). Los sectores que más han de atacar esos flancos suman, solo en facturación exterior, más de 15.000 millones. Dicho de otro modo, de su resiliencia depende buena parte del pulmón económico de Galicia. "El que monta hoy una empresa „dice el secretario general del clúster textil gallego Cointega, Alberto Rocha„ es un valiente".
Alemania. Técnicamente una economía entra en recesión cuando su PIB se contrae dos trimestres consecutivos. Y el alemán cerró el segundo del año con un retroceso de una décima. "Estamos en una fase de debilitamiento, pero todavía no en una recesión, que podemos evitar si tomamos las medidas adecuadas", expuso el ministro de Economía germano, Peter Altmaier, al rotativo Bild. Alemania es, a nivel nacional, el segundo mercado en importancia para la industria de automoción, como advierte la directora del Área Económica y Logística de Anfac, Arancha Mur. Pero, además, el germano es un mercado prioritario para el textil (380 millones en ventas el año pasado), la industria metalmecánica (otros 140 millones), pesca y conserva y la manufactura de madera. La supresión parcial del llamado Impuesto de Solidaridad „una tasa suplementaria del IRPF del 5,5%, fijada en 1991 para ayudar a la reconstrucción de la Alemania Oriental„ podrá paliar la retracción del consumo privado.
Brexit. "Un incremento de aranceles como el previsto encarecerá nuestros vehículos en más de 370 millones de euros", ha advertido la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). La economía gallega se juega con el Brexit un mercado de 1.600 millones de euros, sustentado principalmente en los sectores de textil, automoción, conserva, componentes metálicos y piedra natural. Los planes de contingencia están activados, máxime ante la posibilidad de que cristalice una salida sin acuerdo el 31 de octubre."No sabemos cómo va a acabar, todo lo que podemos decir es incertidumbre", confiesa , Javier Touza, presidente de los armadores de Vigo, el puerto gallego más afectado. El mal ya está hecho: caída de la libra del 20% desde el referéndum, salida en masa de inversión, de mano de obra cualificada... Los últimos acontecimientos, por obra y gracia de Johnson, no han contribuido a despejar ninguna equis. "Este episodio „en referencia a las dos derrotas parlamentarias encajadas por el premier„ tiene que ayudarnos a entender el mundo en que vivimos, en permanente cambio y fijando un nuevo rumbo a cada instante", aprecia Rocha. Todo está sin dirimir, desde la eventual imposición de aranceles (se fijaron tasas provisionales de un año de duración a automóviles, ropa y conservas), la libre circulación de mercancías y mano de obra o el acceso al caladero de Gran Sol.
Argentina. "Argentina está en una suspensión de pagos virtual y oculta. No hay quien quiera comprar deuda argentina, y no hay quien pueda pagarla". Habla el favorito a ocupar la Casa Rosada a partir de las elecciones del 27 de octubre, el peronista Alberto Fernández. La primera galerna de este déjà vu lo han encajado ya las empresas gallegas de transformación pesquera, fuertemente implantadas en el país a través de subsidiarias y colaboradoras. El cepo cambiario que fijó Mauricio Macri obliga a las exportadoras „que son todas, toda vez el consumo de pescado en Argentina es testimonial„ a cambiar sus dólares por pesos en un máximo de cinco días desde el cobro. El país navega en un escenario de hiperinflación (del 54,4% interanual, a fecha de julio) y con un peso devaluado e inestable que poco responde a las medidas de emergencia decretadas por el Banco Central. La pesca gallega se juega en este campo una facturación superior a los 300 millones de euros. "El Grupo „expone Iberconsa en su memoria anual„ controla varias filiales que operan en Argentina, país que en 2018 cumplió los criterios para considerarse economía hiperinflacionaria [...] El efecto de la hiperinflación se ha registrado como un ajuste al patrimonio neto, al 31 de diciembre de 2018, cuyo importe ha ascendido a 48,2 millones de euros". La compañía absorbió sin ninguna dificultad la tasa adicional que Macri impuso el año pasado a las exportaciones.
Factor Trump. Es el máximo exponente de la inestabilidad en un bastón de mando. El pasado febrero su anuncio de imponer aranceles a los automóviles importados con el pretexto de preservar la "seguridad nacional". Si no fuera porque la amenaza era "aterradora", en palabras de la canciller Angela Merkel, habría sido otro mensaje de ridícula argumentación del magnate norteamericano. En mayo anunció que retrasaba la medida seis meses, que se cumplirán en noviembre. Aún con su ultraproteccionismo, Trump no ha logrado rebajar el déficit comercial de Estados Unidos, que en julio ascendió a 72.000 millones de dólares. "Estamos ganando mucho dinero a costa de China. Es dinero que se dedicará a ayudar a nuestros granjeros", interpretó, a su manera. Las tensiones entre EEUU y China se han suavizado algo esta semana.
Namibia. Más de cuarenta buques de capital gallego están pendientes de la decisión del Gobierno local, que ha recibido cerca de 5.200 solicitudes para poco más de un centenar de licencias. El reparto estaba previsto para inicios de año, pero es previsible que se demore hasta 2020. "Para los que ya queráis repetir, solo puedo decir que el criterio es claro: los que cumpláis los criterios, hayáis invertido y creado empleo, estad seguros que voy a mantener" empleo e inversiones", resumió el ministro de Pesca, Bernhardt Esau. Las firmas gallegas, de atenerse esta premisa, tienen razones para estar tranquilas. El namibio es uno de los principales caladeros para la industria transformadora.
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