En los talleres de Ordes subcontratados por la firma gallega Nuxak la actividad es frenética. La marca, que hasta la llegada del coronavirus, intentaba hacerse un hueco en el mercado de la ropa deportiva, se ha reinventado y ya produce entre 5.000 y 7.000 mascarillas reutilizables al día que distribuye por farmacias de toda España. Nuxak es una de las empresas del castigado textil gallego que se ha hecho un hueco en el nuevo mercado. Pero no es la única. Según la Consellería de Economía, el Igape apoya diferentes iniciativas que llevarán a Galicia a producir hasta un millón de mascarillas diarias.
La aparición del Covid puso en evidencia la falta de producción propia en Galicia y en toda España de material sanitario. La pandemia obligó a Nuxak a parar máquinas. La compañía de Ribeira, propiedad de Marián Sánchez y Jesús Mosquera, no lograba que sus proveedores de tejidos, situados en Italia, les suministrasen los pedidos. «El deporte también se paralizó», explica Mosquera, por lo que decidieron reorientar la fabricación. El primer pedido de mascarillas llegó el 1 de junio. «Hemos quintuplicado nuestra facturación, ahora mismo hay tanta demanda que no hay oferta que la cubra. Estamos con el producto estrella», indica Mosquera.
El textil gallego ha tenido que readaptarse en tiempo récord. Apenas una semana después de que se decretase el estado de alarma, unas 25 compañías comenzaron a organizarse a través del Clúster del Textil (Cointega) y la Xunta para poder paliar el desabastecimiento de material de protección sanitario que sufrían los hospitales y los centros de mayores. El gigante del sector, Inditex, se sumó también al proyecto. «Aquello fue una iniciativa de carácter altruista», recuerda Alberto Rocha, secretario general de Cointega. Pero algunas de las empresas participantes han decidido acometer la inversión necesaria para adaptarse al nuevo nicho de mercado.
Según explica Economía, en los últimos meses el Igape ya ha aprobado un total de 48 proyectos que, con un apoyo público de cerca de 3,3 millones de euros «permitirán, entre otros objetivos, fabricar cerca de un millón de mascarillas al día, más de 12.000 pantallas de protección o más de 500 mamparas, 27.000 litros de biocidas o 7.000 batas», entre otros productos que escaseaban al inicio de la pandemia de coronavirus.
Tras el éxito de demanda con las mascarillas, Nuxak se plantea ampliar la producción a todo tipo de material sanitario como batas de protección o gorros sanitarios. «Nos estamos reconvirtiendo, pero sin olvidarnos de la ropa deportiva porque la demanda volverá», indica Mosquera. El propietario de Nuxak explica que el cliente valora que sus mascarillas sean fabricadas en Galicia. «Nos llaman todos los días de colegios, directores, Anpas que sólo quieren productos sanitarios de aquí», explica. Gracias a la reconversión, la marca cuenta con 30 trabajadores propios y ha empezado a revitalizar los castigados talleres de confección de la comarca de Ordes, muy afectados por la deslocalización que habían emprendido las grandes firmas de la moda gallega ya hace años. El taller que trabaja para ellos ya ha tenido que contratar gente. «Nosotros ahora mismo estamos en una situación privilegiada. Estamos sosteniendo más de 30 sueldos, que ayudan a 30 familias, que en la situación en la que estamos creo que es importante», recalca Jesús Mosquera.
Entre los integrantes del Clúster Textil de Galicia ya hay nueve empresas que se han lanzado a la producción de mascarillas. Nuxak apuesta por las reutilizables, con un máximo de 25 lavados y con una eficacia de protección bacteriana similar a las de las FFP2. Pero otras compañías se preparan también para la venta de mascarillas de alta filtración, higiénicas y no reutilizables.
Pese a que la fabricación de material sanitario ha conseguido mantener la actividad en algunas firmas del textil gallego, la situación sigue siendo preocupante. «El turismo está peor y poco más», describe el secretario general de Cointega, Alberto Rocha. El responsable del clúster tacha de «catastrófica» la actual coyuntura. Hace unos días, la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex) alertaba de que en agosto se había producido un descenso del 32,8% en la facturación en España. Rocha explica que pese a que el dato es para todo el país, puede extrapolarse a Galicia. La moda encadena 8 meses consecutivos de descenso en las ventas. Hasta el gigante Inditex se ha visto sacudido por el impacto del coronavirus. Entre febrero y abril la compañía fundada por Amancio Ortega comunicaba las primeras pérdidas de su historia al apuntarse un resultado neto negativo de 409 millones de euros.
«Se ha acelerado tremendamente un cambio que se venía anunciado, cierre de tiendas más pequeñas y un cambio de comprar en la gente. El cliente ahora compra online pero demanda páginas muy fuertes, que tengan entrega, recogida, devoluciones. Eso está al alcance sólo de las empresas muy grandes. Aunque de momento no se ha producido una caída importante del número de empresas textiles en Galicia, Rocha pronostica que de aquí a final de año será ya visible. «La gente se ha hecho muy prudente, conservadora a la hora de comprar, y las tiendas tienen mucho producto sin vender», indica para explicar el descenso de la demanda. Desde Cointega creen que la reconversión hacia el material sanitario no frenará el impacto de la pandemia en el consumo de ropa. «Ganar dinero en un producto que se vende a céntimos es imposible. Puede valer para algún negocio, pero nada más. No tiene ningún recorrido para salvar a todo el sector», lamenta el secretario del Clúster Textil de Galicia.
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