Tiziana, hija de Adolfo Domínguez que ha dado un vuelco a la marca: "Deberíamos gastar menos en moda, pero mejor"


La segunda hija de Adolfo Domínguez, Tiziana, ha heredado de su padre algo más que su pasión creadora, también su implicación con el planeta y la sostenibilidad. Desde 2019 dirige los equipos creativos de la marca, y muchas cosas han cambiado.

Si hubiera que elegir una palabra para definir a Tiziana Domínguez, la directora creativa de la marca que hace 40 años iniciara su abuelo -en origen un pequeño taller de sastrería que hacía trajes a medida para hombre en Orense y que su padre, el diseñador Adolfo Domínguez, llevó a lo más alto del made in Spain en la década de los 80-, esa sería libertad. Lo deja claro a simple vista su pelo rapado, un corte que fue toda una declaración de intenciones cuando lo colgó en redes sociales para inaugurar su perfil público en Instagram, su forma de romper con los cánones establecidos y la manera de escenificar una nueva etapa. "Soy una creativa de la moda. Voy por libre", dice.

Lo hizo en 2018, tras separarse de su entonces marido, Juan Verde, y poco antes de recibir el testigo de su padre en la compañía; desde 2019 lidera todos los equipos creativos de la marca, desde la concepción de cada producto hasta que llega al cliente, desde su diseño a la comunicación, la arquitectura de las tiendas y el escaparatismo. Su mano está presente en todo, porque a ella le gusta seguir "el detalle de cada uno de los diseños con precisión" y en el trabajo "es perfeccionista" y no negocia el esfuerzo. Por eso reparte su tiempo de forma metódica: las mañanas son para el diseño de las colecciones de mujer, hombre y accesorios y las tardes para las tiendas. Y no deja cabo suelto: "Mi padre es el principal accionista de la compañía y continúa presente en el espíritu de la marca, cuyos valores continuamos reivindicando, pero la actual línea creativa la marco yo", afirma tajante.

Tiziana, que de pequeña quería ser pintora, creció con mucha disciplina. "En verano tenía que dibujar, nadar y leer una hora al día. Nadar me aburría y cuando tocaba piscina me dedicaba a dibujar el fondo con el verdín", recuerda. Y también rodeada de arte. Y de moda. Aunque no siempre tuvo claro que esta era su camino, le fascinaba ver cómo su madre llegaba con el coche lleno de prendas para probarse las colecciones que estaban desarrollando. "Era como vivir dentro de un desfile, en casa siempre había ropa alrededor y ella se vestía de manera muy artística", dice. Por eso, por su padre "y por su madre", apunta, descubrió un día que este era su mundo, que le gustaba "la creación colectiva que permite la moda".

Hoy, Tiziana, la tercera generación al frente del negocio, afronta una época muy distinta a la que le tocó a su padre. "En los años 80 vestimos la Transición con una estética que apostaba por la libertad e informalidad que necesitaba el momento. Hoy nos enfrentamos a la crisis ecológica apostando por una moda más lenta y un estilo atemporal, con prendas duraderas a partir de materia más sostenible. Nuestra época es la de la emergencia climática y la reivindicación de la creatividad", explica. Y no solo; el reto ahora lo tiene claro: "Es imprescindible ensanchar el canon de belleza a otras morfologías y edades. El actual no es realista ni representa la diversidad con la que convivimos día a día", asegura. Un nuevo canon que lleva también a eliminar las barreras de género.

Durante los últimos dos años, Tiziana Domínguez ha gestionado la reorganización de todos los equipos creativos del grupo hacia la unificación de marcas, implantando un sistema de diseño basado en el trabajo colectivo y en la vuelta a la confección en talleres artesanos de proximidad. "Vivimos una nueva era como compañía y como marca. Nuestras colecciones están todas creadas bajo el método Ágora, con el que exploramos temáticas más revolucionarias como el sexo o el vacío existencial, e impulsamos la creatividad de nuestros diseñadores". Su apuesta: colecciones de vanguardia en ediciones limitadas. "El futuro pasa por la autenticidad y tener la valentía de ser quien eres", afirma.

Aunque eso esté reñido muchas veces con el volumen de ventas. "La cultura del fast fashion ha hecho que las nuevas generaciones reconozcan la moda más por su estética que por la artesanía que hay detrás. Es necesario apoyar proyectos que apuesten por esa originalidad y profesionalidad creativa. Esa es la forma de prestigiar a los profesionales de la moda. Todos deberíamos gastar menos, pero mejor. Apostar por prendas que realmente nos vayamos a poner".

Tiziana, que en los próximos 10 años espera mantener la compañía como "una marca de autor conectada con su momento, con una firme apuesta por la sostenibilidad y que continúe a la vanguardia de la innovación", encuentra en la doma y en su caballo, 'Álamo', la forma de desconectar y de cargar las pilas. También en pasear tranquila y "descubrir nuevos lugares" y restaurantes -"siempre evito repetir"-, y en los libros; ahora está leyendo a Amelia Valcárcel y entre sus favoritos, 'Fashion Thinking', de Fiona Dieffenbacher, el paradigma del pensamiento crítico y el proceso creativo.

¿Cuáles son los básicos de fondo de armario de una directora creativa?, le preguntamos. "Me gustan los pantalones con mucho volumen, normalmente de la colección de hombre, y eso marca el resto del look", nos contesta, reivindicando el vestido de camisero de lino para el verano como la prenda sin la que no puede vivir y destacando el trabajo de la 'competencia', en concreto de Bottega Veneta y Loewe, que esta temporada le gusta especialmente.

Y ya puestos a aprovechar el momento, no puedo despedirme de Tiziana Domínguez sin saber cuál es esa prenda infalible que necesito en mi vida para triunfar en una ocasión especial. "Con una blazer elevas cualquier look". Palabra de Tiziana.

Ver noticia completa en la sigiente dirección: https://www.elmundo.es/yodona/moda/2021/11/17/6193edabe4d4d8cd718b4581.html