Galicia releva a Portugal por Turquía, la nueva fábrica de coser de Europa


La industria gallega del textil lleva décadas creciendo a dos velocidades bien distintas: la del gigante Inditex, capaz de vender millones de prendas en el mundo y seguir creciendo (facturó más de 20.000 millones en el último año de pandemia); y la que, con dificultades, aún mantienen más de medio millar de pequeñas y medianas empresas, con ventas cercanas a los 1.500 millones de euros y de las que viven directamente 9.000 familias.

Junto al gran pulmón de Inditex, este prestigiado sector textil, abanderado por firmas consagradas de la moda, lleva más de 40 años resistiendo cierres, reestructuraciones de plantillas de cientos de trabajadores y procesos concursales. La irrupción de la moda de gran consumo, de usar y tirar, y la necesidad de fabricar a bajo coste hace ya mucho tiempo que acabó por destruir casi toda la actividad manufacturera que existía en Galicia. De ahí que el sector gallego se lanzara a deslocalizar la mayor parte de la producción. Y lo hizo yendo a coser a China, la IndiaMarruecos y, muy en especial a Portugal, el gran aliado estratégico en el que primero apoyó los procesos más intensivos en mano de obra, para luego integrar prácticamente en toda la cadena de valor. Eso explica que la industria textil lusa facturara hasta hace poco casi 1.000 millones al año como primer proveedor del sector gallego.

Pero las cosas han cambiado. Aunque las exportaciones portuguesas de textiles y prendas de vestir en el 2021 superaron los 5.300 millones de euros, según la ATP (Associação Têxtil e Vestuário de Portugal), que es la patronal del sector, Galicia redujo su negocio con el país luso, con una caída de 225 millones de euros (un 15 % menos que en el 2020, que ya había sido un muy mal año).

Menos textil luso

La pérdida de negocio del textil gallego en Portugal tiene un culpable, Turquía, considerada ya la gran máquina de coser de Europa. «Está cerca y tiene la capacidad, la velocidad y la flexibilidad para servir a los gigantes de la moda. Y, además, la divisa juega a su favor», explican fuentes de Cointega, la patronal gallega del textil.

También desde Acotex, la patronal española del comercio de moda lo ven así. «En el nuevo mapa del aprovisionamiento de la moda tras el golpe del coronavirus, Turquía se ha alzado como un claro ganador, en detrimento de otros polos en proximidad como Portugal o Marruecos», afirma su presidente, Eduardo Zamacona. Explica que, pese a la crisis, el país ha impulsado sus exportaciones a la Unión Europea y Estados Unidos y ha logrado capitalizar las dos únicas categorías que han esquivado el golpe: el textil técnico y el deporte.

No solo en Galicia. En el mapa de proveedores de la Unión EuropeaTurquía ha pasado de ser el décimo mayor socio al octavo, con compras por valor de 10.807 millones de euros en el 2020, empatando con Bangladesh.

Cointega defiende el papel de Portugal como aliado estratégico para la competitividad de las marcas gallegas, pero no oculta la evidencia: los datos de comercio exterior del cierre del 2021 confirman el vuelco en el mapa de proveedores del textil, en el que avanzan Turquía y China y retroceden Portugal e Italia.

Por provincias, en A Coruña, sede de Inditex, el principal mercado de la confección es Turquía. En Ourense, Portugal sigue liderando las ventas porque es a donde van a coser preferentemente Roberto VerinoAdolfo Domínguez y Sociedad Textil Lonia; mientras que en Pontevedra, sede de Bimba y LolaChina conserva su puesto de primer proveedor.

 

En lo que coincide el sector es que en hay un antes y un después tras la crisis desencadenada por el covid-19, que ha sacudido de un extremo a otro del planeta la industria de la moda, hasta amenazar con remover, tal vez destruir, los sólidos cimientos del fast fashion, de la producción a gran escala, e incluso de los hábitos de consumo de moda, con una mayor apuesta por la sostenibilidad. 

¿Se podría volver a coser en Galicia y que esta fuera una actividad que resultase rentable? La apuesta por la relocalización es más que una idea lanzada al aire. «Dejar de producir en Asia parece imposible, porque no se pueden revertir los efectos de la globalización, pero sí habría que corregir algunos excesos», explican desde Acotex. Los empresarios aplauden la iniciativa, pero no ocultan su escepticismo. «Como voluntad, la idea de la relocalización industrial del textil es positiva, pero todo el tejido industrial que se perdió difícilmente se va a recuperar», afirma José Antonio Conde, presidente de Cointega

El sector presiona para obtener ayudas a través de un PERTE que no convence a Industria

Cuatro mil millones de euros de fondos públicos para transformar la industria española de la moda. Esa es la cantidad que el Observatorio de textil, moda y calzado aspira a movilizar (junto a 10.000 millones de aportación privada) para llevar a cabo un ambicioso proyecto de transformación a siete años que incluye, entre otras iniciativas, el SCRAP (sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor) que el sector deberá crear para cumplir con la ley de residuos, una plataforma de reciclaje y un programa de digitalización de la cadena de valor.

«Es una oportunidad histórica para reindustrializar este sector, pero nadie garantiza que esa industria se vaya a venir a España; competimos con Portugal o Turquía, que ya tienen planes en marcha respaldados por el Gobierno», explican fuentes del sector cercanas al proyecto.

En total, el plan, articulado a través de diez programas, supone una inversión total de 14.000 millones de euros en siete años. El objetivo es que 4.000 millones procedan de fondos públicos y, el resto, de inversión privada y financiación bancaria.

Iniciativa histórica

Es una iniciativa histórica para la industria española, que por primera vez hace lobby para generar inversiones Pero la duda es si el dinero, que debería de llegar de Europa vía fondos Next Generation, estará algún día disponible.

El ministerio dirigido por Reyes Maroto ve más probable seleccionar iniciativas presentadas individualmente por empresas, en lugar de un proyecto propio para todo el sector. De esta manera, la idea es que las compañías españolas de moda canalicen sus propuestas a través de otros PERTE, también dedicados a la economía circular.

El proceso de puesta en marcha del plan estratégico sectorial, que comenzó ya hace casi un año, en la primavera del 2021, debe pasar primero por la aprobación del Gobierno y posteriormente por la de la UE.

El objetivo es la puesta en marcha de un plan de recuperación de la moda tras el golpe del covid-19, diseñado por las patronales y las principales empresas de moda del país (incluidas Tendam y Mango) de la mano de Deloitte. Antes del golpe del covid-19, la industria de la moda representaba el 4 % del mercado laboral español y el 8,9 % del total de las exportaciones.

La escalada de costes reordena la logística: menos mar y más carretera

La escalada de costes reordena la logística de la moda. En el 2021, las importaciones españolas de prendas de vestir por vía marítima se desplomaron un 25,1 % respecto al 2019, aunque se mantuvo como el segundo modo de transporte prioritario para las empresas. En cambio, las compras que llegan por avión se contrajeron solo un 11,6 %, mientras que las de carretera aumentaron un 0,63%, según datos de Icex España Exportación e Inversiones. La escalada de precios de los contenedores y los atascos en los puertos fueron uno de los principales causantes de la ruptura de la cadena de suministros del 2021. La carretera continúa siendo el medio preferido para las importaciones de moda, con 8.167 millones de euros el año pasado, un 20,8 % más que en el año 2020.