La industria textil gallega consuma su mayor asalto al mercado internacional


La industria textil gallega es más que el gigante Inditex. Existe un potente sector, integrado por 300 pequeñas y medianas empresas, que el año pasado facturó 6.000 millones, pese a ser uno de los peores ejercicios que recuerdan los fabricantes, sobre todo en España, donde el consumo de productos de vestir y calzado retrocedió un 10 %.

La historia habría sido otra sin las ventas al extranjero, que superaron los 3.400 millones, es decir, más de la mitad del negocio.

El plan de choque de salir al mercado internacional, mediante exportaciones o abriendo tiendas propias, da resultado. La ofensiva comercial en el extranjero no es nueva, comenzó hace años por Europa (Portugal, Francia, Gran Bretaña, Alemania), y ahora redobla el esfuerzo inversor con incursiones en de Sudamérica y Asia.

El resultado que se ve es colectivo, de presencia de la industria textil gallega en el mundo, pero la estrategia de expansión es individual. Cada fabricante marca destinos y sus tiempos y determina el nivel de riesgo.

Esto es lo que está ocurriendo en el 2014. Por ejemplo, Alba Conde ha hecho una apuesta por el mercado ruso. El plan de la enseña de moda femenina, con sede en A Coruña, consistente en la puesta en marcha de dos establecimientos en Rusia, en donde ya está presente a través del canal multimarca, coincide con el veto a las importaciones impuesto por el presidente ruso, Vladimir Putin. La empresa de la familia Conde tiene 400 puntos de venta multimarca en España y más de 150 en el resto del mundo. A la espera de la evolución del conflicto, tiene la mirada puesta en mercados como México, Corea del Sur o China.

Florentino opta por crecer en el mercado asiático. La compañía, que proyecta la puesta en marcha de una treintena de tiendas en China a corto plazo, acaba de abrir un nuevo establecimiento en el país, en la ciudad de Wuhan. La compañía ya opera en este mercado con presencia en centros comerciales de ciudades como Harbin, Shenzhen o Ningbo, y su plan eleva a 35 el número de puntos de venta chinos.

El grupo Textil Lonia controlado por la familia Domínguez, se prepara para poner en marcha un establecimiento de la cadena CH Carolina Herrera en Silicon Valley, el corazón tecnológico de EE.?UU. La tienda estará e el centro comercial Valley Fair de San José, y forma parte del plan de expansión de CH Carolina Herrera en el mercado estadounidense iniciado en el 2003. Junto con Asia, son los dos grandes objetivos de Lonia, que cuenta con 120 tiendas en el extranjero.

La firma de moda infantil Pili Carrera añade también un nuevo país a su lista y desembarca en Arabia Saudí con una tienda monomarca. Este es el segundo establecimiento en Emiratos Árabes, en donde ya cuenta con una tienda en Kuwait. Tiene presencia en Holanda, Portugal, México, Perú, Marruecos o Panamá.

La marca especializada en moda femenina Oky Coky también cruza el charco. La empresa viguesa, con más de 25 años de experiencia en el sector, mira a nuevos mercados internacionales como Canadá y Estados Unidos, tras su asentamiento en Europa (Francia, Bélgica, Gran Bretaña Alemania...) y Japón. Bimba y Lola cuenta con una red de 186 establecimientos en una veintena de países de todo el mundo, entre ellos México, donde abrió el pasado febrero. En el caso de Adolfo Domínguez, la estrategia es la reorganización. Ha optado por reducir puntos de venta, pero más en España (44) que en el exterior (4). Cuenta actualmente con 639 establecimientos, 391 ubicaciones en España y 248 en los mercados internacionales.