El comercio gallego saca pecho en pleno estancamiento de las ventas en España


Galicia lidera el crecimiento del negocio minorista, con 29 meses seguidos al alza.

Galicia vuelve a salir de compras, y lo hace con más ganas y mejores balances de caja que en buena parte del país.

Las ventas del comercio minorista gallego llevan ya 29 meses seguidos de crecimiento, algo que solo ocurre en dos comunidades de fuerte tirón turístico como son Baleares y Canarias. A este buen dato ha contribuido el balance de abril, mes marcado por la Semana Santa, que sitúa Galicia entre las cinco primeras autonomías, con un incremento del negocio del 1,4 %; mientras que en el conjunto de España el sector minorista vuelve a tropezar (igual que en enero y febrero) y retrocede un 1 %, según el INE.

Llama la atención que la afluencia turística que acompaña la celebración religiosa no se haya traducido en negocio para comunidades como Andalucía, que facturó en abril un 0,3 % menos. Aunque el dato más sorprendente es la caída de las ventas del 5,7 % registrado en el País Vasco. 

En Galicia hay mercado, y eso hace que las cadenas nacionales y extranjeras sigan anunciando aperturas. Entre las más recientes, Mango, con su nueva apuesta en Pontevedra; Florentino, en A Coruña (abrirá en mayo); o el grupo Calzedonia, con su filial Tezenis, también en A Coruña, son algunos ejemplos.

Los analistas del retail insisten en la tesis otras veces repetida de que Galicia partía desde más abajo en la carrera hacia la recuperación, y de ahí que las ventas sigan en alza. Desde el Foro Económico de Galicia se mantiene también la teoría de que el aumento del consumo y su repercusión en las ventas minoristas no es más que un reflejo de la actividad económica que, según sus datos, creció un 3,6 % en marzo, respecto al mismo mes del año anterior. 

Crece el empleo

En el pequeño comercio, la suerte va por barrios, pero, en general, el sector se muestra animado. «La gente tiene más confianza, se percibe más alegría y ya van casi 30 meses de aumentos interanuales en el volumen de negocio, tras el largo período de crisis», afirma, el presidente de la Federación Galega de ComercioJosé María Seijas. El aumento de las ventas tiene una repercusión directa sobre el empleo, que en abril creció un 1,4 %.

Aun así, el sector gallego opina que las ventas podrían ser mucho mejores. No están conformes los comerciantes con los resultados que está arrojando la desregulación en el período de rebajas, que se produjo hace ya 5 años, y que permite campañas de descuentos fuera de los períodos tradicionales. 

Rebajas fuera de control

Alarmada por la caída de las ventas en un mes tradicionalmente bueno como suele ser abril, ayer la Confederación Española de Comercio (CEC), es decir, la patronal española, reaccionó solicitando «un nuevo calendario que fije los períodos de rebajas».

El pequeño comercio liga la inestabilidad que está padeciendo en la mayor parte del país al efecto que está teniendo la desregulación. «El adelanto de las últimas rebajas de invierno a plena campaña de Navidad rompió la tendencia positiva, dificultó la venta del stock y perjudicó el inicio de la temporada primavera-verano», argumentó García Izquierdo en un comunicado.

Pero la batalla parece perdida porque, frente a las cadenas de distribución que hacen ofertas a diario, las rebajas tradicionales han perdido el sentido. 

Adaptarse o morir

«Si el pequeño comercio quiere seguir siendo competitivo tendrá que adaptarse a las exigencias del mercado. Las ventas que se están experimentando en días como el black fridaycibermonday, los días sin IVA o la mid season son tan altas que confirman que la gran mayoría de los usuarios prefieren este tipo de ofertas a las rebajas típicas de enero y julio», explican desde Anged, la patronal de las grandes superficies.

Tres empresas de moda, una de ellas gallega, llegan hoy a la fase final de la subasta de la marca textil Caramelo

La marca Caramelo está a punto de tener nuevo dueño. La enseña, emblemática del movimiento Galicia Moda de los ochenta, resistió a un concurso de acreedores en el año 2013, y resurgió en manos de Inveravante (la adquirió en el 2007) hasta que volvió a entrar en los juzgados, en noviembre del 2016, esta vez para su liquidación.

Ahora está en venta. Su valor está marcado en 2 millones de euros, pero el precio de salida se ha ido rebajando hasta los 400.000 euros. «Sigue siendo demasiado alto, porque ya no está en el mercado», opinan fuentes que han estado interesadas en la puja. Tras la criba de una decena de ofertas, quedan tres postores, una empresa textil gallega y dos cadenas de ámbito nacional. Ninguna de las cifras que han puesto sobre la mesa supera la suma de 100.000 euros por llevarse la marca Caramelo. 

Nadie da más

Ante el escaso apetito por la firma, y confiado en que puede existir posibilidad de mejora, el administrador concursal ha abierto un nuevo plazo para que estas tres empresas eleven sus ofertas. Vence hoy, 30 de mayo, y todo apunta a que el resultado de esa subastilla se quedará muy por debajo de los 400.000 euros, a pesar de que la última tienda de esta empresa cerró sus puertas hace poco más de un mes; y la enseña sigue viva en la mente del segmento de mercado al que siempre ha estado dirigido (mujer, de más de 35 años, de poder adquisitivo medio o alto). 

«Hacer una marca y conseguir que perviva en el tiempo, incluso en situaciones adversas, debería ayudar a sumar algún dígito en el precio de los ofertantes», dicen fuentes del sector, que consideran que sería un error que el futuro propietario de Caramelo se apartara del segmento de mercado con el que ya está identificado esta enseña veterana.

Las posibilidades de que, finalmente se quede en Galicia se han reducido considerablemente, después de que el sector gallego desistiera de sacar adelante una oferta conjunta.

Ahora, solo una empresa de la comunidad, que pide anonimato hasta que no se hagan públicas las ofertas, figura entre las tres opciones finales. Kangaroos, a través de la sociedad Equus Hispalis, es su principal rival.